Yo recuerdo celebrar el día de difuntos desde muy pequeñita tomando una rica taza de colada morada con una deliciosa guagua de pan..... pero investigando un poco.... para los indígenas.... una muñeca de masa terminada en punta era clavada en la tierra como muestra de que había fallecido una persona, era una ofrenda para que el difunto enterrado pueda seguir su vida en el más allá, en su ritual funerario, que duraba cinco días, ellos llevaban comida pues pensaban de esta manera alimentar a sus seres queridos y ayudarlos a pasar a una nueva vida pues ellos creían en la vida después de la muerte, no sólo de manera espiritual, también fisicamente, es por ello que les enterraban con las pertenencias que les serían útiles en la nueva vida que iniciaban.
Junto a la muñeca de masa, conocida como guagua de pan también hacían una colada llamada uchucuta, una mezcla de harina de maíz, fréjol, papa, arveja, col y achiote, que poco a poco fue variando en ingredientes y preparación hasta terminar en lo que hoy conocemos ¨la colada morada¨. Las primeras guaguas de pan se hacían con harina de maíz, zapallo, cera de abeja y miel y en sus extremidades superiores tenían una rosca mientras que las inferiores terminaban en punta.
Esta tradición indígena tuvo con el tiempo, influencia española que la notamos en el cambio de la uchucuta a colada morada ya que el color morado de la colada, es un color emblemático en la religión católica que significa luto, además de añadirle la decoración con colorantes vegetales que hace más llamativas a las conocidas guaguitas de pan.
El 2 de noviembre, está determinado en el calendario católico como el día de difuntos, es la fusión del día de todos los santos con la tradición indígena, para que los indígenas no rechacen la nueva religión que traían los españoles. Sin embargo, la tradición de nuestros indios ha ido mutando pues antes tenían la obligación de llevar comida y bebida a los difuntos, mientras que hoy, lo han reemplazado con rezos de los mismos familiares o de personas contratadas para el evento y que se llaman rezadoras, y la comida que llevan los familiares del difunto ya no son para la prsona que murió sino para compartirlo entre los asistentes, que generalmente se sientan en las tumbas a compartir un moento en familia recordando al ser querido que se adelantó, como lo hacen en Calderón, un pequeño poblado de Quito, que se caracteriza porque cada 2 de noviembre se llena de color, encuentro y compartir social, su punto de encuentro: el cementerio, pero fuera de lo que uno pudiera imaginar, es un ambiente de alegría y tranquilidad, hay ventas en las calles de guaguas de pan, de flores, velas, estampas, coronas y rosarios. La gente acude al cementerio con canastas enormes de comida para compartir con familiares y amigos.
En Calderón, las mujeres decoraban cada vez mejor a las guaguas de pan y es así como se crearon las famosas artesanías de MASAPÁn, figuras decorativas con un colorido único y diseño propio del sector.
El día de difuntos... es una fiesta ancestral que ha evolucionado y se ha mantenido a través del tiempo para que la podamos disfrutar, es una muestra inagotable de nuestra identidad. No podemos permitir que esta como muchas tradiciones de nuestro querido Ecuador, país chiquitito, cerquita del cielo, color acuarela, se pierda, VALOREMOS LO QUE SOMOS Y CELEBREMOS NUESTRA CULTURA CON UNA HERMOSA SONRISA!!!!!
Amasemos un poco de pan y disfrutemos día a día el ser ecuatorianos :)
sacado del escrito de María Gabriela Mena - Claroscuro Ecuador
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